Jorgeada 75k


Mira que me he cansado de escribir todo eso que no se debe hacer en una carrera, ni antes ni durante. Y a pesar de saberlo, en la Jorgeada se ha juntado un buen puñado de errores que afortunadamente no han derivado en fracaso, lo que por otro lado considero altamente positivo. Y el más importante de todos, ese que tantas y tantas veces he repetido y que considero la piedra angular estas pruebas: NO PERDERLE EL RESPETO A LA CARRERA.  Y sí, metida de zarpa hasta el fondo. Porque salí como si ir hasta Huesca fuera un paseo, un recorrido planito, fácil y sencillo. Vale que cuando la hice por primera vez era lo más duro que había hecho jamás, pero ahora, curtido en un montón de pruebas, eso no es nada para mi. Joder, que acabo de volver de Paris con un tiempo espectacular… Pues toma, una buena cura de humildad, como un tortazo. Dicho sea de paso es lo mejor que me ha dejado esta noche, porque han sido bastantes minutos los que he pensado en esto último. Las carreras pueden salir bien o mal, influyen muchos factores, pero desde luego nunca se puede salir pensando que está todo hecho.

Continuando con más cosas por la mentalización para la prueba, que desde luego no estaba en mi cabeza. Mal asunto, teniendo en cuenta que normalmente la semana anterior al objetivo suelo estar bastante concentrado en lo que tengo por delante. Otro error garrafal, no comprobar concienzudamente el material. Si bien los problemas con el frontal quizás hubieran sucedido de todas formas, un repaso al correcto funcionamiento nunca está de más. O llevas uno de repuesto, como he hecho siempre… hasta ayer.
Más tarde, en carrera, encadené varios errores. Por ejemplo, no comer cuando se debe aunque no apetezca. Esperar 27 Kms y 2h30 de carrera para tomar el primer gel no es en absoluto recomendable. A pesar de que el cuerpo no esté acostumbrado a estos horarios y que no entre la comida, debemos obligarnos. Por otro lado, el refrán de “mejor solo que mal acompañado” no es aplicable al 100%, pero desde luego en mi caso sí es mejor solo que acompañado. Porque aunque la compañía de otros corredores se agradece, al final siempre terminas a un ritmo que no es el tuyo, por exceso o por defecto. Casi un tercio de carrera un puntillo por debajo de lo que tú quieres es demasiado tiempo, y no darse cuenta de que eso es perjudicial, malo. Sumamos también que las zapas no eran las adecuadas. Este error todavía es más sangrante, puesto que hace dos años ya había corrido aquí, y debería haber recordado que los kilómetros de asfalto con una zapatillas de monte castigan muchísimo los músculos.



Seguramente si nos obligaran a ir desde Zaragoza hasta Huesca corriendo durante la noche pondríamos mil  y una pegas, pero como sarna con gusto no pica, alrededor de 35 corredores nos presentamos el domingo por la noche en la bola del mundo de la Plaza del Pilar para cubrir los 75 Kms de distancia que teníamos por delante. También esta vez me había propuesto hacer un seguimiento a través de Twitter y Facebook, y mientras aguantó la batería del móvil pude hacerlo.

Lo cierto es que el día se me hizo bastante largo hasta que llegaron las doce de la noche. No sé, por ejemplo, qué hacen los futbolistas cuando tienen partido a última hora, porque el tiempo pasó muy lentamente. Retrasar tanto la rutina de los preparativos no es algo a lo que estemos acostumbrados, y al final terminas un poquito harto de preparar, repasar y volver a repasar el material. Así que alas 22h30 ya estábamos con Chema por la Plaza esperando la salida. Muchas caras conocidas de habituales de estas carreras y de otros que con esta se iniciaban en la ultradistancia.

Nos ponemos en marcha con las campanadas de medianoche y los primeros cinco kilómetros discurren por las calles de Zaragoza, entre paseantes, hasta que abandonamos la ciudad y salimos al campo para poner dirección a San Juan de Mozarrifar, kilómetro 7 de carrera que atravieso con 40’ que marca el Garmin. Demasiado deprisa para lo que me gusta. La noche es perfecta para correr, sin nada de viento y con una temperatura excepcional. El paso por Villanueva de Gállego, en el k15, siempre es algo inquietante. Es un pueblo ya algo grande y las calles están totalmente desiertas, obvio ya que son cerca de la una y media de la madrugada. A esta altura comenzamos a coger a los primeros andarines. Estos sí que tienen moral, yo desde luego no me veo capaz de hacer esta distancia sólo andando. Montamos un grupito con Jesús Anuesport y con César con quién coincidí en el Isostar, pero vamos muy rápidos. Queda mucha carrera por delante y sé que si sigo a este ritmo más tarde lo puedo pagar, por lo que decido que cuando lleguemos al avituallamiento de Zuera dejaré que se vayan por delante y seguiré solo, a mi ritmo. A la entrada en el polideportivo el reloj marca 2h29’ y 27 Kms. Me tomo el primer Powergel, demasiado tarde porque tenía que haberlo entrado antes, descanso un poquito y salgo de nuevo a la noche cerrada. Aquí ya pongo en marcha el Ipod y emprendo mi cómoda marcheta de 6', mi ritmo Amalio, que rápidamente se ve interrumpido por el agotamiento inesperado y radical de la pila del frontal, y que no sería más que el principio de mis penalidades con la luz. Son cinco kilómetros feotes, por la antigua carretera nacional, pero que permiten correr un poquito. A cambio, la dureza del asfalto castiga los músculos que empiezan a dar algo de guerra. Acuso el déficit de amortiguación de llevas unas zapas de trail. Se me pone un poquito de mala gana, seguramente producto de que no he comido lo suficiente, pero es que no me entra mucho alimento. He empezado una Powerbar y me obligo a comerla poco a poco.

Llego al avituallamiento del k42 en cuatro horas justas y es dejarlo atrás y la pila del frontal vuelve a morir. Con la mitad de carrera por delante y no menos de 3h de oscuridad, la cosa pinta mal, porque de ningún modo me aguantará la pila. No sé si es un problema del modelo en cuestión o que el mío en concreto produce algún tipo de contacto, porque pierde intensidad a marchas forzadas, al punto de que en el kilómetro 45 me quedo a ciegas. Tengo 5 Kms hasta el siguiente avituallamiento, San Jorge, que tengo que hacer a oscuras, trotando suave y prácticamente andando porque aunque hay estrellas la visibilidad es casi nula. Teniendo en cuenta que me siente bastante castigado muscularmente, me viene bien para recuperarme un poquito, pero estoy bastante agobiado por el tema del frontal. Si no consigo pilas de recambio o un frontal en el avituallamiento, me tendré que quedar allí porque llegar hasta Almudévar y lo que queda por delante a oscuras es materialmente imposible. Mala suerte, porque no tienen ninguna de las dos cosas… Toca pensar rápidamente. Seguir a ciegas o esperar a ver si suena la flauta no sé muy bien cómo. Me siento un ratillo porque a lo lejos había visto un grupito de andarines que había adelantado hacía una media hora y… SÍ!!! Una chica lleva un frontal que no utiliza y que generosamente me presta. Genial, me da la vida y la posibilidad de seguir en carrera.



Es un subidón de moral, de verme fuera a estar dentro de nuevo. Normal que los ocho kilómetros hasta Almudévar y la interminable recta hasta el pueblo pasen volando, tocando chufa en el campo de fútbol en 6h06’, llevando en las piernas 59 Kms. Recuerdo del 2010 que el recorrido desde aquí se complicaba bastante por el marcaje, que se quedaba bastante corto para los que la hacemos corriendo. Y este año no es diferente, porque el primer rato perdido buscando el camino bueno ya lo tengo en el cementerio, nada más salir del pueblo. Es el tramo de la Cabañera, nueve kilómetros de toboganes que enlazan con dos de monteabierto hasta que bajamos a la gasolinera Cepsa a poca distancia ya de Huesca. Personalmente es el tramo que más me gusta, y que esta vez al ser ya de día lo puedo apreciar mucho mejor. También es complicado, hay que fijarse mucho en las marcas para no irse por el camino equivocado, y no estaría de más que hubiera más señalización. De hecho, unos cuantos se han perdido en este tramo y han hecho unos cuantos kilómetros de propina.
Ya se ve Huesca a lo lejos. Como siempre, los últimos kilómetros son los más largos, se estiran como el chicle y en ocasiones ya toca combinar carrera con trote y con andar algún ratillo. Paso la apisonadora con el avituallamiento todavía sin montar y afronto ya el último tramo, que con alguna revueltilla se hace eterno. El cerro de San Jorge ya lo tengo en el horizonte y, tras dejar atrás el cuartel de la Guardia Civil lo corono y llego a la ermita tras 8h08’ de carrera. Creía que tenía unos ocho corredores por delante, pero en la llegada sólo está Chema que ha llegado el primero y otro más. El resto se han perdido por los caminos de la cabañera, tras Almudévar, así que hago en San Jorge el tercer llegado y marcando 1h10’ menos que la otra vez que participé hace dos años.

La carrera, complicada. He sufrido como hacía mucho. No sólo por los problemas con el frontal, sino porque no he ido nada cómodo durante muchos kilómetros. De hecho, ha sido a partir de Almudévar, los últimos veinte kilómetros cuando de verdad me he sentido a gusto y he podido correr y disfrutar. Una noche para recordar, un amanecer en el monte precioso y una nueva lección aprendida.



JORGEADA. ANÁLISIS DEL MATERIAL UTILIZADO

ZAPATILLAS The North Face Single Track. Pura y llanamente, cagada en toda regla. Sí, son las mismas de las que hablo maravillas, pero esta vez no era su sitio aunque me empeñé en llevarlas. 30 Kms de asfalto son muchos para unas zapatillas de trail, y lo más seguro es que con unas asfalteras bien amortiguadas no hubiera sufrido muscularmente tanto como lo hice. Mis recuerdos del 2010 eran vagos en lo que respecta a la dureza de la carretera, y pensaba que me compensarían los tramos de pista y la cabañera a partir de Almudévar. No fue así, y lo lamenté bastante rato, pero tampoco tenía mucho remedio y tocó apechugar con lo que había, porque tampoco era cuestión hacer un porrón de kilómetros en plan Tarahumara.

MOCHILA Salomon Advanced Skin Lab 5. Dada la perfecta noche que nos hizo, la distancia entre avituallamientos y el nulo material obligatorio, incluso en esta mochila sobró espacio. Tan solo llevé los 3 Powergel, 2 Powerbar, un cortavientos y las pilas del frontal, aparte del camel sólo rellenado a media capacidad. El resto de las cosas las llevaba puestas o guardándolas jugan con sus múltiples bolsillos.

CAMISETA Altus modelo Tahití y Altus modelo Guallatiri. La última, de manga larga, como capa base térmica. Cumplió su función, la mínima rondaría los 7º y no pasé frío. Encima, la Tahití, de la que ya os he hablado en otras ocasiones. Esta vez, de manga corta.

PANTALÓN Kalenji Comfort. Con malla incorporada. Muy cómodo. Las propiedades de la malla son nulas a nivel compresor, pero se nota algo si buscamos comodidad. De todas formas, podemos customizarlo y quitarla directamente si nos apetece. No perderemos nada.

MEDIAS COMPRESORAS Altus GR16. Sigo fiel al descubrimiento del año pasado. Aplicado ya a todas las carreras y al 90% de mis entrenamientos. De hecho, creo que este verano las piernas no se me pondrán morenas.

CALCETINES Altus PRLP3. Los calcetines, muy bien. El error, no estrenar. La causa, de nuevo el exceso de confianza. Porque con este modelo de Altus, cuando estrenar un par, parece que vas flotando sobre las nubes.

FRONTAL Altus Tauro. No es un error, pero sí la causa de muchos males. Tenemos que investigar con Altus por qué falló. Si es un error del modelo o si se trata de un fallo exclusivamente del mío. Lo que sí es verdad es que condicionó bastante el desarrollo de la parte central no sólo a nivel de material sino también en el aspecto sicológico.
MANGUITOS Altus GR34. Para abrigar un poquito más los brazos. No hacían mucha falta, pero ya que salí con ellos no me los llegué a quitar.

COMIDA Powergel y Powerbar . Salí con 3 geles y 3 barritas, y volví con dos de las últimas. No me entraba nada al cuerpo y lo tomé por obligarme.
este es el recorrido de la prueba, que se fue a los 76 Kms. Como ya he dicho, no es muy bonito, demasiado asfalto y poquito desnivel, pero tiene su encanto. Sobre todo, el correr toda la noche y ver amanecer en mitad de la nada, eso no tiene precio.


¿Qué os parecio el seguimiento de la Jorgeada? ¿Os resultó interesante o nada del otro mundo? Realmente no sé si tuvo mucho seguimiento aunque sí recibí algunos mensajes de ánimo, que por cierto se agradecieron un montón. Personalmente, a mi me pareció interesante. Me hubiera gustado actualizar más veces, pero no se puede estar a todo, si corres no escribes, obviamente, y aproveché momentos parado en los avituallamientos o cuando iba andando. Todo esto mientras duró la batería del móvi, que también hubo quién se preocupó cuando dejé de comunicar, jejeje. Si os gustó me gustaría repetirlo, si bien se tienen que dar una serie de condiciones, como por ejemplo llevar mochila evidentemente, y que la carrera sea lo suficientemente larga para que dé juego el seguimiento. Me pareció una experiencia muy interesante, interactuar con los que estais al otro lado de la pantalla y poder transmitir en tiempo real mis sensaciones en carrera, tay como se sienten en el momento y no horas después cuando se escribe la crónica.

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