Trail Bajada Canal Imperial. Prueba superada. Crónica de la TBCI.


7h40' de la mañana del sábado 2 de marzo. 9h17' después de salir de Ribaforada llegábamos a nuestro punto de destino, el Parque Grande de Zaragoza, tras completar por la orilla izquierda del Canal Imperial los 78 Kms de distancia que unen ambos puntos. Ni muy deprisa ni muy despacio, marcando los tiempos y saboreando cada kilómetro de esta experiencia, nueva para casi todos los que me acompañásteis en la TBCI.



Dentro de la preparación que lleva a Leadville, para estas fechas quería hacer la primera tirada larga. Como me apetecía algo distinto, para enero me planteé bajar el Canal Imperial tomando el último tren que salía a Ribaforada. De esta forma cumplía dos objetivos: acumular horas y kilómetros por un lado, y por el otro pasar una noche en vela. 

Lo que iba a ser un largo entrenamiento en solitario, con el paso de los días se transformó en una kedada a la se animaron integrantes que nunca se habían animado a completar tanta distancia, y que hacerlo sin un dorsal por medio, les animaba a intentarlo sin tanta presión. A la vez, y a última hora, Carlos y Beatriz nos acompañaron durante toda la noche haciendo labor de apoyo en varios puntos, lo que sin duda facilitó algo la tarea.

Con algo de retraso sobre el horario previsto, a las 22h23' cruzábamos el puente de Ribaforada para coger la orilla izquierda y comenzar el camino hacia Zaragoza. Completamos las primeras diez millas con alegría, demasiada, todas alrededor de 10'. Es un muy buen ritmo pero quizás demasiado vivo para ser el principio.



Una de las notas más destacables de la TBCI es que no hay desnivel. Ni positivo ni negativo. Un camino ancho y totalmente plano. Eso hace que podamos mantener un ritmo constante mientras las piernas nos lo permitan, pero a cambio nos priva de esos pequeños descansos que solemos encontrar en los ascensos y descensos de un trail al uso. Es decir, nos puede quemar si no tomamos precauciones.

En la milla 15, Gallur, llegamos a la primera parada técnica. Llevamos 2h33' de TBCI. El entrenamiento era en autosuficiencia, pero nos esperan unos packs de agua que, en la furgoneta nos acompañarán el resto de la noche para rellenar los camel en los puntos acordados. La noche nos es fría para la época en la que nos encontramos, pero en el momento en que te paras se nota el fresco, la temperatura rondará los 5º. Al poco de estar rellenando y comiendo comenzamos a sentir frío, por lo que rápidamente volvemos a la marcha y decidimos parar lo menos posible en los sucesivo, lo justo para llenar de agua, comiendo siempre en movimiento. También hablamos de bajar algo el ritmo.

Quedamos con el equipo de apoyo dentro de 10 millas, pasado Pedrola, punto en el que además romperemos la barrera psicologica de mitad de carrera. El ritmo de carrera baja algo y ahora ya comenzamos a intercalar algún tramo andando. Sorprendentemente el tiempo se me está pasando volando. La verdad es que estoy notando muchísima diferencia entre hacer esta distancia en una carrera, en la que vas muy concentrado, y hoy junto con unos compañeros que hemos venido a pasarlo bien. Tocamos la chufa de las 25 en 4h28'. Ni siquiera nos sentamos para no enfriarnos, tomando el alimento sólido andando la siguiente milla. El apoyo del vehículo nos sirve, no tanto para llevar cosas ya que lo único que va dentro es el agua, sino para no perder el tiempo en Figueruelas y Grisén. En estos dos pueblos contábamos con fuentes de agua, pero no sabíamos exactamente dónde estaban. 



El único punto complicado del recorrido aparece en las Murallas de Grisén. Es un tramo de una milla aproximadamente en el que el Canal salva el curso del río Jalón. Una camino de un metro y medio de ancho que de día no revierte especial dificultad pero que de noche nos hace extremar la precaución, puesto que un mal paso te lanza de cabeza al agua. Finalizado este tramo completamos la milla 30 tras 5h27' desde que salimos de Ribaforada. Desde aquí hasta el siguiente punto donde nos espera el vehículo es el único que se nos hace largo. Nos habían enviado un mensaje diciendo que estaban pasado Pinseque, y ese lugar llega en la milla 36. El no saber donde esperan y la ausencia de referencias por la oscuridad nos agobia un poquito. Ciertamente no sé porqué, ya que el único motivo por el que esperamos llegar a la furgoneta es por un efecto placebo, puesto que llevamos suficiente agua y en ella no hay nada más que nos pueda ayudar. Cuando la encontramos nuestras piernas han completado 6h46' y nos quedan doce millas por delante para llegar a la meta.



Pasado este punto avivo un poco el ritmo. Llega un momento en el que te encuentras más cansado yendo despacio que más ligero. Hemos regulado bastante bien toda la noche y me noto fresco y con ganas. Nos vamos acercando a Zaragoza y a lugares por las que ya he pasado entrenando alguna vez y, quieras que no, el contar con referencias visuales hace más fácil el avance. Milla 40 a la altura de Garrapinillos en 7h32'. La 43 en Plaza. Llevo ya unas cuentas millas corriendo en solitario disfrutando de los sonidos del silencio y de las primeras veces del amanecer. Estos momentos son irrepetibles, quizás alguien que no haga estas cosas no lo entendería jamás, pero seguro que vosotros sí. 8h36, milla 45 y esta altura nos cruzamos con el Maestro Jesús que se ha pegado el madrugón para venir a nuestro encuentro y animarnos en el último arreón. 

Las últimas tres millas las recorro con una mezcla de satisfacción y sorpresa. Esta no es una crónica al uso, puesto que no he sufrido, la noche se me ha pasado volando y, de todas las veces que he hecho distancias similares, es la que he terminado más entero. He disfrutado de cada milla y de cada minuto de compañía con mis compañeros. 

9h17' después, 48,3 millas recorridas y una noche entera en vela estamos en Zaragoza.



Los Runners:
Ricardo Escuer
Víctor Tello
David Sánchez
Antonio Callejero
David Velilla (papá 24 horas después de llegar a Zaragoza)
Pedro Barón
Antonio Cumplido
Marcos Gargallo
Antonio Moreno
Joey García
Javier Ortega
Alfonso

Los Bikers:
Agustín Moreno
Raúl Texeira

El equipo de apoyo que lo hizo más fácil:
Carlos Sobreviela
Beatriz Graus





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