KDR Trail, Las Crestas del Bisonte. Previo.


El próximo domingo 6 de celebra la KDR Trail, Las Crestas del Bisonte. Primera edición de esta carrera de montaña en Cadrete, muy cerquita de Zaragoza, que cuenta con trescientos inscritos, plazas que se agotaron hace casi un mes. Carrera creada por un grupo de entusiastas del trail de Cadrete, hemos podido asistir a su nacimiento y a su evolución casi en tiempo real, con información constante en redes sociales y con varias quedadas montadas para dar a conocer el trazado a todo el que se quisiera pasar.

El recorrido de la KDR, 21 Kms con 550 metros de desnivel positivo, es el típico de monte bajo de las zonas que rodean Zaragoza. Tramos técnicos de cresta, pistas, trialeras y barrancos. Bastante expuesto, si el domingo sopla el cierzo se puede pasar bastante mal.  


El trazado tiene un poco de todo. Estuvimos el viernes por allí y lo pudimos reconocer. Por un problema con los permisos de paso, primero concedidos por un particular y a última hora denegados, la misma semana pasada han tenido que modificar la parte inicial. Un cambio que se transforma en mayor dureza, el inicio era por pista y ahora se pasa a avanzar por una senda con tres kilómetros en continuo ascenso de salida, incluyendo alguna pendiente al 13%. A partir de allí se atraviesan algunos de los los lugares más emblemáticos de la zona, por otro lado territorio habitual de entrenamientos cuando se quiere buscar algo de desnivel sin alejarse mucho de Zaragoza. El Barranco de las Almunias, la Plana, los Fantasmas... 


Y aunque las zonas técnicas no son mayoría, hay alguna bajada en la que habrá que andarse con ojo. Sobre todo la última, la que desemboca en el pueblo de nuevo, que comienza con unas vistas impresionantes que hasta provocan algo de vértigo para dar paso a un descenso corto, trepidante y muy vertical.

En resumen, una propuesta muy interesante. Ahora que hay tanta oferta de carreras se agradecen estas iniciativas de ámbito local en la que se prima la atención al corredor. Trazado bastante corrible en la que todas las subidas pueden hacerse sin andar siempre que las fuerzas lo permitan y en los descensos también podemos dejarnos llevar. Bien es cierto que no es la típica carrera de montaña al uso, con un gran ascenso de varios kilómetros. A cambio los toboganes y las crestas no faltarán y el terreno llano apenas llega a los 500 metros. El resto, o hacia arriba o hacia abajo.

Sólo falta esperar a que el cierzo nos respete, porque si sopla con fuerza sí se convertirá en realmente dura. El domingo a las nueve de la mañana es la cita.


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